Recientemente he tenido el honor de pasar a formar parte de esa alegre hermandad de blogueros conocida como
BIZÁCORAS.
Ahora llega el momento de pagar tal atención adheriéndonos a la campaña
Hammer Summer, en celebración por por 30 años del estreno de la última película de la célebre productora británica.
Debo reconocer que nunca he sido un gran seguidor de sus productos, a pesar de que los pósters me hipnotizan desde hace años. Siempre me han atraído más los productos del maestro
Roger Corman y, en menor medida, las creaciones seminales de la
Universal (mucho menos creativas que las de la Hammer).
Esto es ARTE
Esto noPor desgracia, la saga que me es más cercana de todas las de la productora es la del
Doctor Quatermass ingeniada por el brillante
Val Guest y que, para mi desgracia, ha tenido a bien reseñar el bueno de
Uruloki. Yo, al igual que él, pude disfrutar de ella a través de la segunda cadena hace ya muchos eones.
Por lo tanto y vistas la brillantes aportaciones de mis antecesores, vamos a comentar una saga que sin duda pasará inadvertida para la mayoría de los bizacoreros:
La saga del yoga.
No sólo de monstruos vive el
brit, y por eso la
Hammer se atrevió con otros géneros como la
ciencia ficción [
Spaceways (1953),
X the unknown (1956)], y las
aventuras [
Dick Turpin Highwayman (1956),
A challenge for Robin Hood (1968)] además de los
thrillers y los
documentales. Dentro de ésta última categoría nos econtramos con una producción de 1950 titulada
Yoga and you a la que seguirían el año siguiente
Yoga and the average man y
Keep fit with yoga.
Ninguna de estas tres propuestas se encuentran disponibles en la actualidad y ni siquiera la omnipotente
IMDB tiene constancia de tales producciones que, cual
Necronomicón, se perdieron en la noche de los tiempos.
Podemos imaginar lo arriesgado de su propuesta que debió llevar a su impuesto ostracismo, censurando inquietantes escenas con el monstruo de Frankenstein practicando el saludo al sol o los novias de Drácula en lúbricas posturas junto al Capitán Kronos.
La postura de la lobaDe poco nos sirve quejarnos ahora, más podemos exigir la vuelta de tan geniales engendros. Ya me imagino al ágil
Christopher Lee (Star Wars: la acrobacia fantasma) junto con
Peter Cushing haciendo el
pinopuente, la
vueltita verde o teniendo una
experiencia Hackans para mantener en forma vuestros afreakopatizados cuerpos.