Una clara muestra de esta heterogeneidad de estilos es el film con el que abría el festival: “Serenity” de Joss Whedon, una curiosa, que no original, mezcla de western y space-opera.

Otra de las novedades que aprecié (no sé hasta qué punto es novedad) es la nueva ubicación de la sección Brigadoon, la más democrática y bizarra de las que ofrece el festival. En mi última visita, de la cual por lo visto hace eones, Brigadoon estaba situada en unas carpas en la playa, que le daban un aire de espacio abierto que hacía más accesibles los (sub)productos presentados. Sin duda es de agradecer la nueva ubicación en el centro del pueblo que, aunque mas solemne, también es más cómoda. De todas formas, al tratarse del primer día y estar programada la inauguración para las 19 h. aquello no era mas que unas taquillas para acreditaciones (muy concurridas), unos stands a medio montar de estilo friki-comercial y una exposición a medio montar sobre el 30º aniversario de “Tiburón” que, por lo que he oído, te dejaba con bastante hambre.

De ahí viene lo de Costa Brava.

No cabe decir que así como stands y exposiciones estaban por montar, no ocurría lo mismo con los tenderetes más comerciales (la ley del mercado manda) y que eran sinceramente “acogedores”.

Éste se quedó dormido viendo "El Gran Zambini".

En definitiva fue el Hotel Meliá donde encontramos mayor actividad alrededor del evento. Tras una mañana de claro turisteo chancletero, nos dirigimos al Auditorio situado en el hotel, donde transcurriría la gala. Lo primero que nos encontramos fue la exposición sobre “The Corpse Bride” con multitud de sketches que, sinceramente sabían a muy poco. Entre la aglomeración de periodistas, freakópatas, invitados, curiosos y organizadores nos encontramos a un orondo Alex de la Iglesia, un discreto Fernando Guillén (si cierras los ojos es el tío Ben) y un homenajeado Tristán Ulloa al que, avergonzado, quise confundir con Joss Whedon (lucen similar flequillo).

Tim Burton, la alergia de la huerta.

La gala en sí fue bastante simpática: recuerdo para Robert Wise y homenajes para Rosa María Sardà (no pudo asistir), Tristán Ulloa y Eles de la Iglesia (premio La máquina del tiempo entregado por el a veces terrorífico Alex Angulo).

Alex de la Iglesia henchido de gozo.

Cuando finalmente presentaron a Joss Whedon (director), Nathan Fillion y Summer Glau (actores), las ovaciones se sucedieron incansablemente, hasta el punto que la conductora pidió que se reservaran para cuando los invitados subieran al escenario. La acogida fue más que calurosa, ardiente. Whedon se mostró agradablemente humilde (tanto él como Nathan Fillion prácticamente iban de camping-playa como unos freakópatas mas) y Summer Glau pareció increíblemente vulnerable (ya me lo diréis cuando veáis la película).

Bravestarr y su caballorr.

Tras la proyección de “El Gran Zambini”, edulcorada y manida fábula que paso de comentar, comenzó el espectáculo con letras mayúsculas. Como todo el mundo debe saber a estas alturas (ergo, no me enrollo). “Serenity” es la translación a la gran pantalla del brillante fracaso televisivo “Firefly” de Joss Whedon, creador de “Buffy, cazavampiros” y su spin-off “Angel”. En la serie se narran, en clave de astro-western, las peripecias (que palabra más cachonda!) de los tripulantes de la nave clase firefly Serenity, una banda de contrabandistas, perdedores y prófugos (vamos, como los que hacen este blog). Aunque el planteamiento pueda parecer extravagante no es la primera vez que se mezclan éstos géneros y normalmente con buen resultado (recordemos al marshall Bravestarr o los Galaxy Rangers), pero es en el trasfondo de alegoría política y en la riqueza de los personajes lo que dota de gran calidad a la serie. También fue ese modesto arrancar el que la llevó a la cancelación, pero los enfervorizados frikópatas arremetieron contra la Fox hasta conseguir el remate de semejante joya en la gran pantalla. Y a fe que lo han conseguido! “Serenity”, en el año de “Sin City y la fábrica de chocolate” alza con el mérito de ser la mejor película fantástica hasta la fecha. El autor consigue rematar todos los cabos sueltos (eran muchos y sólo queda uno por resolver, adivina cual) aunque a veces sin explicarlos, sino a través de métodos más expeditivos. Nos ofrece un recital de acción (y muerte), romance (y sexo) y la dosis justa de tragedia (no confundir con drama, la primera es más chunga, ay!). Ole Joss Whedon! Probablemente éste será el canto de cisne de Malcom Reynolds, Jayne, River y el resto de la tripulación de la nave clase firefly Serenity pero… LA OSTIA QUÉ FINAL!!!.

El palco para freakópatas estaba en el quinto pino a mano izquierda.

p.s.: Me ha gustado mucho la película.